El aborto en sí mismo implica riesgos para la salud de las mujeres. Lejos de centrarse solo en el problema simplista de legalizar o no el aborto, hay que tener presente que se requiere una sociedad más evolucionada, donde el Estado cumpla con formar ciudadanos más responsables y respetuosos de sí mismos y de los demás. El aborto no debería de ser necesario en una sociedad evolucionada, ya que en una sociedad tal no habría embarazos no deseados, no habría embarazos no planificados. No se excluyen las relaciones siempre que sean consensuadas y con responsabilidad, para que no sea necesario arriesgar la salud de ninguna mujer durante un aborto. Este es el problema de fondo. Mientras por lo menos iniciamos el camino hacia tal sociedad, también es simplista trivializar el estar a favor o en contra con argumentos morales. Nada más subjetivo y temporal que la moralidad de la época. Tampoco admitamos que crezcan movimientos políticos que se cuelguen esta bandera a favor o en contra.
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