El domingo 24 de agosto participé como co-responsable de una casilla receptora de opiniones acerca de la propuesta de Felipe Calderón para privatizar PEMEX. La actividad en la casilla inició desde las 8 de la mañana, poco a poco fueron personas a emitir su opinión. bajo un inclemente sol y sin carpa, mi compañera de casilla, Guadalupe Reyna (de Radio AMLO)y un servidor, fuimos testigos directos de cómo en Hermosillo, como en otras partes del país, una abrumadora mayoría está en contra de que se privatice cualquier asunto relacionado con el petróleo.
Podrán decir los PANistas lo que quieran, pero el NO a la privatización supera por mucho, pero por mucho, a los SÍ: en proporción de 40 a 5 en la casilla en que estuve.
La consulta, todo un exito considerando que muestra que, a diferencia de lo que el gobierno federal y políticos cómplices quisieran, una gran parte del pueblo mexicano está consciente de lo que está sucediendo. Algo que menos quisieran: los mexicanos estamos despertando de los años pasivos en que dejamos que los políticos decidieran nuestro destino, y está surgiendo una nueva clase de mexicanos, que conoce sus derechos (estén o no en la ley que ellos manipulan), y que ha decidido formar una sociedad participativa, que exija a sus supuestos representantes, que lo tomen en cuenta, y que el rumbo del país lo determine la mayoría de los mexicanos, no un grupo de privilegiados.
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